Los agentes antidisturbios presentes durante la manifestación contra la JMJ relatan su infierno: agentes agredidos, sometidos a cirugía por las lesiones. Agredieron a niños «por llevar crucifijos», aseguran. Sin embargo, tres de ellos han sido expedientados por haber comentido abusos en su trabajo. Un trabajo para el que contaban con la dificultad de la orden del Ministerio de Interior de permanecer pasivos frente a los violentos.
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