viernes, 25 de febrero de 2011

Se publica de nuevo la carta del D. Nathanson en la que explica cómo pasó de practicar abortos a defender la vida

Noticias Globales recupera el texto en castellano

Se publica de nuevo la carta del D. Nathanson en la que explica c�mo pas� de practicar abortos a defender la vida

El pasado 21 de febrero, falleci� Bernard Nathanson, el m�dico que de �rey del aborto�, como se lo llam�, se convirti� en uno de los m�s importantes defensores de la vida humana desde la concepci�n. Su cambio radical de m�dico abortero a m�dico pro-vida, se concret� a trav�s de evidencias cient�ficas. �Como cient�fico no creo, yo s� y conozco que la vida humana comienza en la concepci�n�, asegur� en 1992. Noticias Globales publica de nuevo la carta abierta que escribi� entonces.

24/02/11 9:47 AM | Imprimir | Enviar

(Noticias Globales/InfoCat�lica) Se reconoci� como responsable directo de la muerte de 75.000 ni�os no-nacidos. Abandon� la industria del abominable crimen del aborto en 1979. Su testimonio, especialmente a trav�s de dos pel�culas, “El Grito Silencioso” (1984) y “El eclipse de la raz�n</em>” (1987) y de su autobiograf�a “La Mano de Dios” (1996), es capital para el esclarecimiento y la promoci�n de la defensa de la vida del ni�o no-nacido en todo el mundo.

En 1992, escribi� una carta p�blica que constituye un testimonio excepcional y una advertencia a tener muy en cuenta, sobre todo en los pa�ses que sufren la presi�n abortista para legalizar el crimen abominable del aborto.

En 1996, el Dr. Nathanson, jud�o de nacimiento, fue bautizado en la Iglesia Cat�lica por el Cardenal John O’Connor, en la catedral de San Patricio de Nueva York, en la fiesta de la Inmaculada Concepci�n.</p>

Carta abierta del Dr. Bernard Nathanson (1992):

“Soy responsable directo de 75.000 abortos, lo que me empuja a dirigirme al p�blico poseyendo credibilidad sobre la materia.

Fui uno de los fundadores de la Asociaci�n Nacional para Revocar las Leyes sobre el Aborto en los Estados Unidos, en 1968. Entonces una encuesta veraz hubiera establecido el hecho de que la mayor�a de los norteamericanos estaban en contra de leyes permisivas sobre el aborto. No obstante, a los 5 a�os conseguimos que la Corte Suprema legalizara el aborto, en 1973. �Como lo conseguimos? Es importante conocer las t�cticas que utilizamos, pues con peque�as diferencias se repitieron con �xito en el mundo Occidental.

Nuestro primer gran logro fue hacernos con los medios de comunicaci�n</strong>; les convencimos de que la causa proaborto favorec�a un avanzado liberalismo y sabiendo que en encuestas veraces ser�amos derrotados, ama�amos los resultados con encuestas inventadas y las publicamos en los medios; seg�n ellas el 60% de los norteamericanos era favorable a la implantaci�n de leyes permisivas de aborto. Fue la t�ctica de exaltar la propia mentira y as� conseguimos un apoyo suficiente, basado en n�meros falsos sobre los abortos ilegales que se produc�an anualmente en USA. Esta cifra era de 100.000 (cien mil) aproximadamente, pero la que reiteradamente dimos a los medios de comunicaci�n fue de 1.000.000 (un mill�n). Y una mentira lo suficientemente reiterada, la opini�n p�blica la hace verdad.

El n�mero de mujeres que mor�an anualmente por abortos ilegales oscilaba entre 200 y 250, pero la cifra que continuamente repet�an los medios era 10.000 (diez mil), y a pesar de su falsedad fue admitida por muchos norteamericanas convenci�ndoles de la necesidad de cambiar las leyes sobre el aborto.

Otro mito que extendimos entre el p�blico, es que el cambio de las leyes solamente implicar�a que los abortos que se practicaban ilegalmente, pasar�an a ser legales. Pero la verdad es que actualmente, el aborto es el principal medio para controlar la natalidad en USA. Y el n�mero de anual de abortos se ha incrementado en un 1500%, 15 veces m�s.

La segunda t�ctica fundamental fue jugar la carta del anticatolicismo.

Vilipendiamos sistem�ticamente a la Iglesia Cat�lica, calificando sus ideas sociales de retr�gradas; y atribuimos a sus Jerarqu�as el papel del "malvado" principal entre los opositores al aborto permisivo. Lo resaltamos incesantemente. Los medios reiteraban que la oposici�n al aborto proced�a de dichas Jerarqu�as, no del pueblo cat�lico; y una vez m�s, falsas encuestas "probaban" reiteradamente que la mayor�a de los cat�licos deseaban la reforma de las leyes antiaborto. Y los tambores de los medios persuadieron al pueblo americano de que cualquier oposici�n al aborto ten�a su origen en la Jerarqu�a Cat�lica y que los cat�licos proaborto eran los inteligentes y progresistas. El hecho de que grupos cristianos no cat�licos, y a�n ateos, se declarasen pro-vida, fue constantemente silenciado.

La tercera t�ctica fundamental fue denigrar o ignorar, cualquier evidencia cient�fica de que la vida comienza con la concepci�n.</p>

Frecuentemente me preguntan que es lo que me hizo cambiar. �C�mo pas� de ser un destacado abortista a un abogado pro-vida? En 1973 llegu� a ser Director de Obstetricia en un gran Hospital de la ciudad de Nueva York, y tuve que iniciar una unidad de investigaci�n perinatal; era el comienzo de una nueva tecnolog�a que ahora utilizamos diariamente para estudiar el feto en el �tero materno. Un t�pico argumento pro aborto es aducir la imposibilidad de definir cuando comienza el principio de la vida, afirmando que ello es un problema teol�gico o filos�fico, no cient�fico.

Pero la fetolog�a</em> demuestra la evidencia de que la vida comienza en la concepci�n y requiere toda la protecci�n de que gozamos cualquiera de nosotros.

Ud. podr�a preguntar: �Entonces, por qu� algunos doctores, conocedores de la fetolog�a</em>, se desacreditan practicando abortos?

Cuesti�n de aritm�tica: a 300 d�lares cada uno, un mill�n quinientos cincuenta mil (1.550.000) abortos en los Estados Unidos, implican una industria que produce 500 millones de d�lares anualmente. De los cuales, la mayor parte van a los bolsillos de los doctores que practican el aborto.

Es un hecho claro que el aborto voluntario es una premeditada destrucci�n de vidas humanas. Es un acto de mort�fera violencia. Debe de reconocerse que un embarazo inesperado plantea graves y dif�ciles problemas. Pero acudir para solucionarlo a un deliberado acto de destrucci�n supone podar la capacidad de recursos de los seres humanos; y, en el orden social, subordinar el bien p�blico a una respuesta utilitarista.

Como cient�fico no creo, yo s�</em> y conozco que la vida humana comienza en la concepci�n. Y aunque no soy de una religi�n determinada, creo con todo mi coraz�n que existe una divinidad que nos ordena finalizar para siempre este infinitamente triste y vergonzoso crimen contra la humanidad”.

Dr. Bernad Nathanson

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4 comentarios

Comentario de Pedro de Argentina
QUE DIOS LO TENGA EN LA GLORIA!

RECONOCER LA VERDAD Y SER AUT�NTICO TESTIGO DE ELLA SIN MEDIR LAS CONSECUENCIAS QUE ELLO NOS ACARREE - DEJANDO DE LADO EL "RESPETO HUMANO" - NOS INTRODUCE DE LLENO EN EL ABISMO INSONDABLE DE LA MISERICORDIA DIVINA.

GLORIA A DIOS!!!

24/02/11 1:00 PM
Comentario de Pilar Guti�rrez
Este hombre est� en el Cielo, seguro. Rec�mosle por la Causa y lo comprobaremos.
24/02/11 3:55 PM
Comentario de Gregory
Un hombre qu enocntro a Dios despues de profesar un ateismo duro, un hombre provida que consagro su vida por el camino del verdadero bien no el que destruye sino contruye. Es una pena que su testimonio no suscite mayor interes, que el Se�or le admita a contemplar la luz de su rostro.
24/02/11 8:51 PM

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